viernes, 20 de septiembre de 2013

¿UTILIZAS EL SENTIDO COMÚN?

Permíteme compartir contigo un pequeño extracto del libro del psiquiatra ruso David Burn "Sentirse bien":   Transcribe la conversación de un estudiante de derecho con su psiquiatra, quien siempre tenía una sensación de pánico en clase al pensar en el momento en que el profesor le llamase. Su pensamiento era: “cuando el profesor me llame, probablemente no sabré contestar”.
Psiquiatra: Suponga que realmente se equivocara en clase. ¿Por qué sería tan especialmente perturbador para usted?¿Por qué es tan trágico?
Eric: Entonces me pondría en ridículo.
Psiquiatra: Suponga que ha hecho el ridículo. ¿Por qué sería tan trágico?
Eric: Porque  entonces todos me despreciarían.

Psiquiatra: Suponga que la gente lo ha despreciado. ¿Y entonces que?
Eric: Entonces me sentiría muy mal.
Psiquiatra: ¿Por qué? ¿Por qué tendría que sentirse muy mal si la gente lo despreciara?
Eric: Bueno, eso querría decir que yo no soy una persona digna de consideración. Además, podría arruinar mi carrera. Obtendría malas calificaciones y no podría ser nunca abogado.
Psiquiatra: Suponga que no llega a ser abogado. Supongamos, solo como hipótesis del análisis que estamos haciendo, que usted ha abandonado la facultad. ¿Por qué le resultaría tan insoportable?
Eric: Eso significaría que fracasé en algo que he deseado toda mi vida.
Psiquiatra: ¿Y que significaría eso para usted?
Eric: La vida no tendría sentido. Significaría que soy un fracaso. Significaría que no soy digno de consideración"

En este breve dialogo, Eric demostró que creía que sería terrible ser objeto de desaprobación, o cometer un error, o fracasar. Parecía convencido de que si una persona lo rechazaba, todos lo harían. Parecía no tener sensación alguna de autoestima que no dependiese de la aprobación y el éxito. Se medía a sí mismo por la forma en que los demás lo consideraban y por lo que él había logrado. Eric sentía que, si sus  deseos de aprobación y éxito no se vieran satisfechos, él no sería nada porque no existía un verdadero apoyo que naciera de su interior.
Usted se preguntará, ¿cuál es entonces la fuente de la auténtica autoestima? En realidad esta es la  pregunta más importante con la que debemos enfrentarnos en nuestra vida.
Entienda esto: Usted no puede adquirir VALÍA a través de lo que hace.
Los LOGROS  pueden darnos satisfacción pero no la felicidad. La autovaloración basada en los logros es una seudo-estima, no la verdadera.

William james en su libro “principios de psicología” hablaba de la autoestima como una ecuación resultado de dividir la “Expectativa” por los “Resultados”. Es decir, una persona que ha alcanzado sus expectativas, tiene una autoestima alta. Aquel que no lo hace tiene una autoestima baja. Lo cierto es que todos conocemos personas famosas, con popularidad y éxito victimas de trastornos, hábitos y estilos de vida que les conducen al abandono e incluso a la muerte. La sensación de autoestima no se basa en el aspecto, el talento, la fama o el éxito. Ni siquiera el amor, la amistad, la aprobación, …pueden añadir nada a su valor inherente.
Las empresas, organizaciones, equipos, se afanan en mejorar sus técnicas de comunicación y negociación. Lo cierto es que nadie puede comunicar eficientemente, cuando las personas son incapaces de comunicarse consigo mismas de forma adecuada y eficiente. El primer paso es examinar de cerca lo que nos decimos sobre nosotros mismos. ¿Cuál es el dialogo interno que hacemos a lo largo del día? ¿Somos conscientes de las distorsiones mentales y como nos influye en nuestros estados de ánimo, en el modo en que sentimos y actuamos? Si usted tiene una empresa, ¿sabe la productividad que aporta a su empresa el que su personal trabaje desde estados internos no bloqueantes, ni limitantes? Descúbralo ¡Ahora!

En este blog, analizaremos s algunos métodos que nos permitirán mejorar la autoestima.
1º  ¡Enfréntese a ese critico interno!  Afirmaciones auto-denigrantes como, por ejemplo, “No tengo cualidades para…” “Soy inferior a otras personas”, “Soy un vago”, “Soy un irresponsable”,…son las que crean y alimentan los sentimientos de desesperación y baja autoestima. Para superar este peligroso hábito mental, el doctor Burns, propone seguir tres pasos sencillos:
-      Acostumbrarse a reconocer y anotar los pensamientos auto-críticos cuando pasan por su mente.
-      Sepa porque esos pensamientos no son reales y
-      Practique respuestas para esos sentimientos a fin de desarrollar un sistema de auto-evaluación más realista.
Un sistema eficaz para lograr esto es la “técnica de la columna triple”. Simplemente trace dos líneas en una hoja de papel para dividirla en tres partes. Titule la columna de la izquierda “Pensamientos automáticos” (autocrítica), la del medio “Distorsión cognitiva” y la de la derecha “Respuesta racional” (autodefensa). En la columna de la izquierda anote todas las autocríticas dolorosas que se hace cuando se siente un inútil o se infravalora.
Es posible que al venir hacia su oficina para tener una importante reunión, su principal preocupación fuese el llegar a tiempo y encontrar aparcamiento. Llega con el tiempo justo y se apodera de usted un sentimiento de ansiedad y desesperación. Ahora pregúntese: “Qué pensamientos están pasando por su mente en ese momento?, ¿Qué  se está diciendo?, ¿Por qué esa situación le está perturbando?”  A continuación escriba esos pensamientos en la columna de la izquierda.
Puede que usted esté pensando: “No voy a llegar a tiempo”, “Seguro que no encuentro sitio para aparcar” “Cuando llegue ya habrá empezado la reunión y el jefe me va a echar la bronca” “Siempre hago lo mismo”, “Soy imbécil”. Escriba esos pensamientos en la columna de la izquierda y numérelos. ¿Por qué? Porque son la CAUSA misma de su trastorno emocional.
¿Cuál es el segundo paso? Utilizando la lista de las diez distorsiones cognitivas, fíjese si puede identificar los errores de pensamiento en cada uno de sus pensamientos automáticos negativos. Por ejemplo, “Siempre hago lo mismo” es un caso de generalización excesiva.  Apúntelo en la segunda columna. Siga señalando las distorsiones en sus otros pensamientos negativos.
Ahora ya esta preparado para el paso decisivo de la transformación del estado de ánimo: poner un pensamiento más racional y menos inquietante en la columna de la derecha. Es importante entender que no se trata de animarse racionalizando o diciendo cosas que no se cree que sean objetivamente válidas. En cambio, trata de reconocer la verdad. Si lo que usted escribe en la columna de la “Respuesta racional” o es convincente y realista, no le ayudará en absoluto. Asegúrese que usted cree en su refutación de la autocrítica. Esta respuesta racional, puede tener en cuenta lo que era ilógico y erróneo con respecto a su pensamiento automático de auto-crítico.
Por ejemplo, en respuesta a “Siempre hago lo mismo”, podría escribir: “¡No es así! En algunas ocasiones salgo con tiempo suficiente y encuentro sitio para estacionar fácilmente, como le pasará a mucha gente. Llegué tarde a la reunión pero no es para tanto.
Es importante que no use palabras que describan sus reacciones emocionales en la columna de “Pensamientos auto-críticos”. Solo escriba los pensamientos que han creado la emoción.
Es posible que esté pensando en estos momentos, “¿Qué sentido tiene?” “No va a dar resultado”. Esta actitud solo puede servir como profecía que se cumple a si misma. Si usted no está dispuesto a coger la herramienta y usarla, sin duda que no podrá realizar el trabajo. Está usted desarrollando un pensamiento automático del tipo “Conclusiones apresuradas” (error del adivino). Hágalo durante una semana y saque sus conclusiones. Quizás se sorprenda al notar el comienzo de un periodo de maduración personal y un cambio saludable en la imagen que tiene de si mismo.
Continúa...

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